lunes, diciembre 28, 2009

Entre Paréntesis


Hoy, más temprano, estaba en mi escritorio escribiendo algo para subir esta tardecita cuando, de fondo, de la tele del comedor, escucho: "Falleció Mónica Carranza (...bla...)"

Fue la noticia de este tipo que más me golpeó desde el día que amanecí con la mala nueva de que nos había dejado la Negra Sosa. Tengo que admitir que aquella la recibí mucho peor, con la guardia baja, pero esta es angustiante. 

Quedé con la oreja parada, a la espera de que alguien se dignara a confesar que se trataba de una muy cruel joda del día de los inocentes. Como suelen ser las mías. Pero no. 


Hoy quedamos otro poco más huérfanos.





Esta gente no debería morir nunca.

El consuelo es que queda inmortalizada en su legado. 





lunes, diciembre 21, 2009

Mensaje con fecha de caducidad



Me empaco.
No creo en casualidades, señales, providencias, en nada que tenga que ver con o que roce de alguna manera al concepto de destino, en el sentido de que nos sea impuesto de antemano por algo o alguien omnipotente, invariable. Nada está escrito.  

Pero…. tengo que admitir que, al menos, me llamó la atención lo que me pasó con algo tan insignificante, como lo es un mísero pedacito de papel negro, con cuatro palabras en blanco.

Todo empezó hace varios años, cuando me fue obsequiado. Fue una persona muy especial, que solía tener este tipo de gestos. Era increíble el efecto que tenían, sobre todo por su sencillez. Recuerdo que solía tener varios de estos papelitos con frasesitas en mi billetera (aunque la mayoría eran manuscritas).
En un determinado momento, mi camino y el de esta persona se separaron y volaron de la billetera todos, menos uno. Que era negro con cuatro palabritas blancas. De hecho, lo dejaba a la vista porque, en algunos descuidos, me agarraba desprevenido y seguía teniendo algún impacto. Decía: “ser feliz es fácil.” y estaba recortado de una publicidad en una revista. Creo que con eso explico lo de la simplicidad. Pero ahí mismo también se aprecia la sensibilidad de esta persona, los sentidos bien despiertos como para captarlo como mensaje y advertir que para alguien podía significar algo. Además de que esa era una filosofía según la cual yo veía que vivía. Y era admirable.

Como decía, era lo único que había conservado. Hasta que cambié de billetera.
La que dejaba, quedó olvidada al fondo de un cajón, junto con las demás desechadas, y con el papelito adentro.  

Bastante tiempo después, me vi en la necesidad de hacer limpieza y lugar en mis placards, dándome una excusa, seguramente, para postergar algo que debía hacer. Como buen obsesivo, es lo más probable. La cuestión es que llegué a vaciar ese cajón y, revisando una por una las billeteras (a ver si la suerte me regalaba algún billetín olvidado), me reencontré con ese pedacito, que me hizo más ruido que ninguna otra vez. La sensación fue mejor que la de haber hallado dinero, casi.

A partir de ese momento, volví a tenerlo encima siempre. El tiempo que lo conservé coincidió con la etapa más disfrutable de mi vida en los últimos 5 años, extrañamente.

Y lo califico como extraño por lo sucedido este fin de semana que pasó…

Estas últimas semanas no fueron las mejores, precisamente. No encuentro tan fácilmente la felicidad como antes, ando medio retorcido, no todo es tan disfrutable. No me llenan las cosas de la misma manera. Estoy medio dejado. Y este regalito, que me fue hecho tantos años atrás, volvió a ser significativo. En cierto modo.

El sábado tuvimos fecha de campeonato. Jugábamos a la tardecita. Era un día del demonio: un calor y una humedad insoportables, que se hacían mucho más imposibles de aguantar al agregársele la multitud de mosquitos. Para nuestra felicidad, empezábamos a ver cómo el cielo se encapotaba, esperanzados en que se largue una lluviecita que nos refresque un poco.
Y se largó, nomás.
Pero la lluviecita fue un diluvio. Con aspiraciones, por unos minutos, de universal. 
Corrimos un buen rato en esas condiciones, mientras se pudo, hasta que la cortina de agua no nos dejaba ver más allá de unos pocos metros, las ráfagas de viento casi nos movían y las gotas ya dolían. Fue casi media hora en la que nos empapamos. Nosotros, jugadores, y nuestros bolsos.
Tanto, que mi celular se ahogó y estuvo más de un día en terapia intensiva –por fin ayer dio señales de seguir con vida, por suerte- y que… tuve que volver a cambiar de billetera. La que venía usando todo este tiempo estaba muy mojada: los billetes, casi transparentes; las tarjetas y el resto de las boludeces que uno suele guardar, todas pegadas, desteñidas, desgastadas.
Cuando comencé a querer separarlas, fui teniendo éxito, hasta que, detrás de una tarjeta de un restaurante, estaba el ya harto nombrado papelito negro con letras blancas. Cuidadosamente, con las uñas que no tengo, quise ir despegando todo el contorno, para después tirar con suavidad,  como para que no se rompa y poder dejarlo secándose.

En el primer intento, me quedé con mitad del pequeño rectangulito en mi mano y la otra mitad aún pegada en la tarjeta. Se cortó justo por las letras. No hay más mensaje.

Ya no es tan fácil ser feliz, parece.

miércoles, diciembre 16, 2009

Deportes en el recuerdo


Hace poco, en un asado, escuché a mi padre hablar de mí cuando era chico. En la charla interactuaban los viejos profes de fútbol y el tema era lo talentoso que yo era de pequeño. Evocaban un partido que, a pesar de mi memoria de elefante (y más para estas cosas), no logro recordar. Al parecer, nuestro equipo ganó e hizo cuatro goles, todos con asistencias mías.
Como estaba en la otra punta de una larga mesa y había cierta contaminación sonora, no oí todo con claridad, pero sí identifiqué las palabras “un fenómeno”, creo que porque son frecuentes en su vocabulario (aunque no referidas a mí, obviamente).


Me puso contento. Hablaba con orgullo.


Nada más. Quería compartirlo con alguien. Porque hacía rato que no pasaba.






lunes, diciembre 14, 2009

Salud, campeón



Mis felicitaciones por el campeonato, Gallego !.


Uno de mis últimos ídolos futbolísticos...




Por alegrías como esta:





Por decisiones de este tipo:





Pelado, querido, siempre te banqué. Sos el tipo, dentro del fútbol argentino, con el que más me identifico. No doubt.
Por la garra, los huevos, los principios, el respeto, los códigos, por siempre ir de frente y poner la cara y el pecho en las malas más que en las buenas.


Gracias por todo.


Gracias por haber vestido y defendido con tu físico y tu salud la gloriosa azulgrana.


Una lástima que no hayas terminado tu carrera en el clón. Pero sigue siendo una gran alegría que la cierres tan arriba.


Lo mejor para la nueva etapa.


Salud, Paz !.

lunes, diciembre 07, 2009

Nos estamos poniendo conductuales



"Los neuróticos pasan la mitad del tiempo poniéndose trampas… y la otra mitad cayendo en ellas..."



….hace unos meses decidí renunciar al trabajo por unos cuantos motivos, entre los que se destacaba la necesidad de tiempo para cursar y poder preparar un par de materias.

En el plano de las fantasías, donde todo es posible y los deseos se cumplen, yo ya me había hecho un cronograma que cumpliría a rajatabla a lo largo del tiempo que transcurrió desde el día que dejé la empresa hasta hoy, cuando ya debería tener todo promocionado. Consistía en levantarme a la hora que entraba a trabajar (8 hs), desayunar, ir al gimnasio, volver 10.30 hs, estudiar un rato, almorzar, estudiar otro rato, quizás echarme una siestita para levantarme fresquito e irme para la facultad, de la que volvería pasaditas las 00 hs para cenar e ir a dormir, para comenzar de nuevo, luego de poco más de siete horas de descanso. Los viernes que no cursara los iba a usar para ir al gimnasio a la tarde y dedicar la mañana a realizar los distintos trámites que fuera necesario. Siguiendo esta rutina, claramente iba a estar al día con los textos y los tp’s, razón por la que no iba a ser necesario estudiar tooooodas las mañanas y tardes. Así, podría ir manejándo los ratos como para tener un poco de vida social en la semana, además de las noches de los viernes y sábados.
Para fines de noviembre tendría las materias adentro y los días los dedicaría, de lleno, a darme todo tipo de gustos y organizar mis vacaciones. Vuelto de ellas no se sabe cuándo (es lo único que se mantiene igual), comenzaría a buscar trabajo nuevamente, pero en algo cuya jornada no fuera tan larga como la que estaba dejando y no agotara tanto mentalmente.

Era redondo.

Pero hoy lo único que está redondo soy yo: gordo, fofo, preparando un final y viendo a mis amigos cada muerte de Papa (que, como hay de a uno solo, mueren más espaciado que los obispos, que quizás son muchos más y cualquiera la puede quedar en cualquier momento). Fallé en TODO, y me frustra, un toque.

Hacía ya un par de años que venía en franca levantada (no cuesta arriba, eh, lo que marcaría una misma dirección, pero transmite otro mensaje). Pero esta experiencia me demostró que, si bien odio la rutina, necesito que algo externo me organice. Necesito disciplina… Eso, o un acompañante terapéutico, je.


La cuestión es que me desparramé cuando dejé de trabajar. Comprobé que el tiempo no es chicle y no te espera si no estás preparado. Reconozco que soy hijo del rigor, me desenvuelvo bien en situaciones límite y bajo los efectos de la adrenalina. Lo supe siempre, y jugué con ese as abajo de la manga (porque ando con mangas largas en verano yo...) durante estos meses. Pero no tuve en cuenta los imponderables, que me jodieron la existencia. Así, no fui al gimnasio, ni salí a correr (que era la alternativa), no promocioné las tres materias y gasto mucho tiempo echándome culpas y autoflagelándome por todo lo que no hice y me prometí que haría.

Todo esto me lleva a tener que ser más pragmático.
Tengo un problema que me incomoda horrores y debo cortar de raíz.
Hay que erradicar el virus de la paja, de la sobreadaptación, de la comodidad, del narcisismo, de la protección (sí, es el mismo que infecta de todo eso). Y no hay tiempo para diván…se necesitan soluciones urgentes.
Cuando les cuente de lo que se trata se me van a cagar de risa…




jueves, noviembre 26, 2009

(Pequeño detalle a tener en cuenta)


Dadas algunas confusiones que se presentaron, aclaro a quienes llegaron acá por el mail que les mandé (o que algún amigo en común les reenvió) que este espacio no tiene que ver con el proyecto. Tan sólo es el medio por el cual expresé las ganas de llevarlo a cabo por primera vez.

El blog es mío, es personal.


Una vez que definamos qué hacer (que será al corto plazo), la idea es crear uno nuevo, con el único fin de comunicar propuestas, planes, actividades, invitaciones que conciernan al porvenir de esto a lo que queremos dar forma.


A todos los que decidieron acompañarnos (o lo están considerando), los vamos a tener al tanto de los pasos a seguir vía mail.

Insisto en que participen de esto a quienes quieran. Cuantos más seamos, mejor. Claramente. (Incluso ténganlo en cuenta si ustedes no pueden/quieren).


CopenséN !.

Chas gracias...


Salute !.

martes, noviembre 17, 2009

Vamos… que les cuesta nada !.


Hace muchísimo tiempo que vengo con esto dándome vueltas en la cabeza, pero siempre me caractericé por ser bastante dejado. La idea reflotó en estas últimas semanas con considerable fuerza, en semanas de exámenes. Fíjense que pueden hacerse muy buenas reflexiones en los momentos en que uno está en el escritorio (o en el lugar donde se sienta cómodo para estudiar) con los libros abiertos, cuadernos, resaltadotes, el mate, etc… pero con la cabeza ocupada en cualquier otra cosa. Por lo general, la ansiedad, la preocupación, el zogaca por los parciales son árboles que no dejan ver un bosque al que andaban llegando de casualidad. Y, en la mayoría de los casos, va derecho a la papelera de reciclaje, porque no nos va a hacer aprobar.

En mi caso, el motor fue mi vieja amiga, la neurosis obsesiva, imponiéndome cualquier cantidad de ideas, incontrolables. Me lleva de viaje por infinidad de épocas, lugares y realidades diferentes. Muchos de esos contextos fueron ciertos, vividos, angustiantes; otros, de los buenos, los que valen la pena recordar; pero también los hubo futuros, imaginarios, utópicos, de los buenos, por los que se puede intentar algo para que se hagan reales.

Una noche, teniendo que estudiar Psicoanálisis, entré en uno de esos trances y, de fondo, escuchaba la tele. Mi vieja estaba mirando La Liga, en un programa que mostraba la historia de gente sin techo (no me gusta el término “homeless”, que gran parte de los que comparten esa condición ni saben qué significa), sus desventuras, cómo debían buscar lugar debajo de algún puente, o en cualquier recoveco de distintas plazas, en una lucha diaria que no les permite aflojar, ni distraerse, ni bajar los brazos, porque la vida se los come, y muy difícilmente haya alguien para protegerlos. Bueno, ustedes saben de lo que hablo, no hace falta entrar en detalles.

El asunto de esta entrada tiene que ver con que este informe (que obviamente fue suficiente para que pateara los libros para “más adelante”) removió un poco el fondo de la olla, y como dije, salieron a superficie las viejas ganas de hacer algo.
Y a por ello voy… comienzo desde acá, con la esperanza de motivar, de sumar gente a la causa, de que se aporten ideas. Tengo varias cosas en el bocho ya, pero hay que limarlas y, si bien tengo apoyo en mi familia, necesito que seamos más.


Hagan correr la bola, que gire, como el Tiki Tiki de Cappa. Me conocen los pocos que hasta acá me vienen leyendo, y saben que esto sale desde las entrañas, que es posta. Fíjense si hay gente que pueda colaborar, pásenles mi mail… vamos, que les cuesta nada !.
No es una de esas cadenas molestas que tienen que reenviar para ser más felices y conocer al amor de sus vidas, mientras se les conceden tres deseos, sumado a la bendición del dios de cualquier religión y la protección de algún santo. Quizás con un simple y pasajero comentario, mientras pasan el mate, el faso o la botella al próximo de la ronda, alguien prenda.


Y si quedo más sólo que Dieguito Cocca en Mendoza, esta vez, el bondi sale a la ruta igual, aunque sea sin chapa ni pintura ni auxilio.

miércoles, octubre 28, 2009

¿Serás mi cable a tierra?

El lunes me desperté con un elefante sentado en el pecho.

Se cayó de un sueño, directamente sobre mi humanidad, y ahí se quedó un buen rato. Quería estar cuando yo abriera los ojos, para asegurarse de que sea totalmente conciente de cómo me hundía en el colchón.


Mientras, me torturaba tarareándome una canción que me resultaba conocida, pero que no podía identificar. Es decir, escuchaba la melodía en mi cabeza, pero se me escapaba la letra. (Esto es real)


Hasta que la curiosidad se hizo de otra víctima además del gato.

Vamos!… que la mayoría me conoce. Estaba claro que no me iba a quedar tranquilo sin saber con qué me estaba autoflagelando.


Resultó ser Cable a Tierra, de Fito.



Hermoso. Pero hoy me resulta imposible de digerir.

Me toca el culo, me siento zarpado.


Cosas que pasan.



jueves, octubre 22, 2009

Siempre puedes preguntar


No es novedad que muchos sujetos no den cuenta de que hace millones de años la sabia natura comenzó a diferenciarnos de los monos. Ni hablar de la consecuente evolución cultural.

Estos individuos siguen golpeándose el pecho y mostrando los colmillos para intimidar a las supuestas amenazas que invadan su territorio o a quienes quieran cortejar a sus hembras.


Fui agredido y amenazado por razones confusas, pero a tiempo esclarecidas, por uno de ellos. Me invadieron, además de la sorpresa, una profunda impotencia e indignación. Se me juzgó y sentenció, en primera instancia, por no adivinar. Por fortuna, me dieron la posibilidad de apelar.


Entre muchas otras características, fuimos agraciados con el raciocinio y la capacidad de comunicarnos mediante el habla. Hagamos uso. No existen mejores herramientas para resolver las diferencias (cuando las hay).


No voy a ser ni testigo ni partícipe activo de rituales básicos de macho alfa. Los repruebo absolutamente y siempre voy a exigir a los hombres que se comporten como tales.


Y siempre prediqué siendo actor de mis ejemplos.

He dicho.

miércoles, octubre 21, 2009

A mis futuros compañeros de ruta

Tengo veintipico de años, soy estudiante de psicología en la UBA y abro este espacio por necesidad.


(Que se entienda: quienes pasen a leerme y me conozcan de siempre, saben que desde hace tiempo venía madurando la idea de empezar esto. Pero cada vez que me decidía, ya sea por h, ya sea por b, terminaba posponiéndolo.)


Hoy, ante las ganas y las urgencias que tengo por gritar, descargar, sincerarme, compartir, superarme (¿por qué no?) que brotan de lo más hondo de mí, acá nace eltripenmibocho.


Desde ya, no esperen leer en este diario de viaje revelaciones mágicas que les ordenen sus vidas, ni entradas humorísticas brillantes, ni ningún tipo de genialidad literaria. Ni siquiera cosas estéticamente bellas.

Ojota, que quizás sí las haya, pero no es el propósito.


Con el tiempo, me van a conocer un poco más; van a poder ponerse al día aquellos que debieron quedar algunas estaciones detrás, sumarse y acompañarme; reirán de mí (aunque espero más que lo hagan conmigo); me van a poder frenar y decir “¡pará, enfermo mental! ¿qué es lo que vas a hacer?”… así como también podrán felicitarme por los pequeños pasos que significan los progresos (tan costosos) que dan forma y sentido a mi travesía.


Si aburre, me avisan, que hay cantidad y variedad de rutas por las que tomar.. si así y todo no convence, hacemos banquina, bajan, y vuelven por donde vinieron..

(Miren hacia atrás al bajar)


Paz !.