lunes, diciembre 28, 2009

Entre Paréntesis


Hoy, más temprano, estaba en mi escritorio escribiendo algo para subir esta tardecita cuando, de fondo, de la tele del comedor, escucho: "Falleció Mónica Carranza (...bla...)"

Fue la noticia de este tipo que más me golpeó desde el día que amanecí con la mala nueva de que nos había dejado la Negra Sosa. Tengo que admitir que aquella la recibí mucho peor, con la guardia baja, pero esta es angustiante. 

Quedé con la oreja parada, a la espera de que alguien se dignara a confesar que se trataba de una muy cruel joda del día de los inocentes. Como suelen ser las mías. Pero no. 


Hoy quedamos otro poco más huérfanos.





Esta gente no debería morir nunca.

El consuelo es que queda inmortalizada en su legado. 





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