miércoles, mayo 05, 2010

Presunción de culpabilidad

    Anoche, hablando con una amiga, y luego con otra, a quien le planteé el tema de la discusión que sostenía con la anterior, me puse a pensar un poco (más) acerca de una de las facetas de la vida en la ciudad: la inseguridad (¿sensación?) y la desconfianza, que lleva inevitablemente a la discriminación, en el mal sentido.

    ¿Y qué querés que te diga?

Yo me rehúso terminantemente a caminar la vida sospechando que todos son culpables hasta tanto se demuestre su inocencia. 

    Ayer mismo, al salir de la facultad, esperando el colectivo, presencié de cerca cómo ni un taxi se dignaba a pararle a un pobre laburante, que sólo quería que lo arrimasen un tramo del camino, porque no tenía plata para pagar el viaje entero hasta su casa. Andaba algo desaliñado, si afeitarse y con una bolsa a lo Don Ramón, como si fuera una sábana con la que envolvía algunas pertenencias. Indignado, me pidió un cigarrillo y se sentó a fumar en el cordón. Me dijo que quería viajar en auto porque, como venían los colectivos de atestados a esas horas, no iba a poder subir con el bulto ese. "¿Y qué llevás ahí?", no me pidan que explique porqué me animé a preguntarle. Me respondió que era ropa para los chicos del barrio. Que trabajaba en una textil, y se aventuraba a esconder algunas prendas falladas. "Si las tiran, o pasan a retazos, no se les ocurre que alguien todavía se puede vestir con esto", me dijo, palabras más, palabras menos. El muchacho merecía que lo llevaran gratis. Pero no, socialmente construimos infinidad de señores K.(*), en estado de acusación permanente, sin tener la posibilidad de presentar una defensa racional contra la fuerza de prejuicio. No solo eso, de la mano, viene la discriminación.

    No sé cuánto más habrá tenido que esperar este hombre. En lo que a mí respecta, vino el 56 y emprendí el retorno a casa, no pudiendo sacarme esto de la cabeza por un buen rato.



(*) N de R. Con señores K. me refiero a Joseph K., personaje de El proceso, de Kafka. No sea cosa que algún politiquero oficialista fanático me salte a la yugular. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

es obvio que pensé que K era por Kirchner no?

La paranoia está re instalada, en mi caso sieeeempre dudo...es horrible porque tmb me ha pasado de estar medio mal vestida y que se crucen por mí de vereda...

Yo creo que es mejor desconfiar a tiempo que sufrir algo después.
Hay cierta experiencia en mi vida de robos que me avalan, y desarrollé un sexto sentido.
Sin ir más lejos el otro día dije ese es chorro y al toque le afanó a unos viejitos...:(

Casarrian dijo...

Debe ser porque yo nunca pasé por eso. O que las veces que estuve cerca salí airoso. (Palpo mi testículo izquierdo, para que así siga siendo)
Ojo, soy muy cauto al caminar por la calle. Que tampoco como vidrio... también creo que es mejor prevenir que curar. Simplemente comunico que me produce tristeza que estemos dirigiéndonos hacia un extremo.

Y también me pasa eso de que se crucen por mí, alguna que otra vez... parezco un talibán, últimamente. Pero hasta me divierte que lo hagan.