martes, julio 06, 2010

¿Conformismo?

Desde purrete, y durante gran parte de mi infancia, fantaseaba, como tantos otros que no van a confesarlo, con ser agraciado con alguno de los poderes de mis superhéroes favoritos.

Algunas veces, recuerdo que me concentraba muchísimo, cerraba los puños y saltaba lo más alto posible con la total certeza de que saldría volando.
Otras, entrecerraba los ojos y paraba las orejas, creyendo que lograría escuchar a largas distancias.
En oportunidades, me encontré con que seguía visible, al reabrir los ojos, luego de poner todos mis deseos y energías en desaparecer y hacer el bien sin ser advertido.
Las frustraciones se sucedieron, a su vez, para los intentos de poseer una fuerza sobrehumana, como Superman o ser tan veloz como Flash o lanzar, aunque sea, un hadou-ken.

Con el tiempo fui aprendiendo
a conformarme con liberar la mente y que sea ella quien pegue los mejores viajes, que hay motivos y medios de sobra
que menos mal que no escucho más que lo normal, porque me explotaría la cabeza con tanta mierda
que ya soy invisible, ahora que no quiero y a pesar de que los espejos devuelvan mi imagen
que la fuerza que se impone finalmente es la interna, sostenida en los ideales, valores y convicciones, y que tiene que ser motor, a pesar de que todo tienda a debilitarnos
que las que tienen que ir rápido son las ideas y las verdades, no debe haber apuro para vivir, que nos perderíamos de mucho
que de mis manos no quiero que salgan más que cosas productivas, muestras de afecto y palabras.